Las relaciones entre los propietarios de las comunidades han pasado de ser relaciones de amistad y familiaridad a relaciones de extrañeza.
Primero quiero dar las gracias a comunidades.com por darme la oportunidad de compartir nuestras reflexiones en este blog dirigido tanto a personas co-propietarias como a los diferentes profesionales que aspiramos a que los intereses comunes se gestionen de forma eficaz y eficiente.
Nosotros creemos en la necesidad y oportunidad de un enfoque relacional en la gestión y animación de comunidades de propietarios para que desarrollen nuevas relaciones de vecindad.
Siguiendo el título del post, nosotros pensamos que, en las comunidades de propietarios, hemos pasado de relaciones amistosas, de familiaridad y/o invasivas de la intimidad (la caricatura de la serie Aquí no hay quien viva, es un buen reflejo), a relaciones de absoluta extrañeza en las que lo único común es el tiempo atmosférico como tema de conversación. El cambio climático da mucho juego y en Bilbao y en Bizkaia también tenemos el Athletic club.
Es alucinante hasta qué punto nos es visible que “compramos un piso” e invisible que “ingresamos en una comunidad”.
Unas de nuestras fuentes conceptuales son el procomún y la economía colaborativa.
La comunidad de propietarios, como otras organizaciones más o menos formalizadas, constituye una entidad sin personalidad jurídica propia, para gestionar bienes comunes o, dicho de otro modo, gestionar unos determinados bienes como comunes.
Y en esta segunda expresión está nuestro empeño diferente, la paradoja de que declaremos que nuestro modelo representa un hecho diferencial es que en la base de la ley de propiedad horizontal de 1960 y en sus sucesivas modificaciones late el mismo empeño, que no es otro que mejorar la convivencia y que la comunidad tome las decisiones más adecuadas.
La ley de propiedad horizontal y sus reformas, en especial la última, tratan de evitar que no se cumpla la tragedia de los comunes que describió Hardin, G.
Nuestra aportación es que la seguridad jurídica es condición necesaria para gestionar un bien común, pero pensamos que -de forma creciente- es absolutamente insuficiente.
Una de nuestras estrategias como administración de fincas es considerar la normativa como un suelo ético a superar.
Relatamos cuestiones que consideramos clave:
- Gestionar de forma colaborativa el orden del día,
- Proceso de gestión y evaluación de proveedores para el mantenimiento sostenible del edificio,
- Presupuesto anual y cuentas accesibles presentadas con rigor pero en lectura «fácil»,
- Tablón de anuncios /página web con opción de despacho virtual,
- Marco de derechos y deberes compartidos y buenas prácticas,
- Junta de apoyo a la presidencia de turno…….
Nuestro objetivo es que las personas propietarias no caigan en el absentismo de sus propios intereses.
Nosotros estamos convencidos de que muchos problemas de la sociedad actual se deben al fomento de una actitud individualista que se expresa con toda su acritud en las comunidades de copropiedad. Nuestro despacho está integrado por personas convencidas de que la buena convivencia, desde el respeto a la privacidad y la intimidad de cada casa, es posible. Y creemos que si hay una buena convivencia se puede decidir de manera inteligente. Y que la mejor forma de tener una buena convivencia es estar en condiciones de poder tomar decisiones inteligentes.
Jorge Martínez
Responsable de Calidad y Desarrollo Organizativo