El pasado 10 de noviembre publiqué en el blog En Naranja mi segunda colaboración, bajo el título Decálogo del ahorro para comunidades de propietarios.
Por casualidad, el último fin de semana encontré, en la página de prensa del Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Madrid, una referencia a un artículo del diario La Opinión de Murcia que se titulaba Decálogo del ahorro en una comunidad de vecinos.
Mi primera reacción de sorpresa dio paso en seguida a un sentimiento de indignación y de indefensión. Ingenuamente, hasta ahora pensaba que la técnica del corta y pega solo la utilizaban principiantes y blogueros poco escrupulosos, pero nunca había imaginado que un periódico aparentemente serio como el diario Información de Alicante publicara mi artículo, modificando el título (le debió parecer más bonito poner “comunidades de vecinos” –que no existen- en lugar de comunidades de propietarios que figuraba en el original). En cuanto al contenido en sí, respetó el enunciado de las diez medidas de ahorro propuestas (Contratar un Administrador de fincas colegiado,Revisar el aislamiento del edificio, Renovar la iluminación, Actualizar la contratación eléctrica, Utilizar eficientemente los ascensores, Regular y realizar el mantenimiento de la calefacción y el agua caliente, Controlar el consumo de agua en los elementos comunes, Contar con un arquitecto para las obras importantes, Gestionar continuamente los morosos y Buscar alternativas de financiación), omitiendo –no sé si intencionadamente- el adjetivo colegiado de la primera medida, así como las garantías técnicas y económicas de los profesionales adscritos a los Colegios. Tampoco mantuvo los enlaces relacionados con el texto, que complementaban la información.
A partir de ese contenido plagiado, los distintos medios del Grupo Editorial Prensa Ibérica (Diario de Ibiza, Diario de Mallorca, Faro de Vigo, La Opinión A Coruña, La Opinión de Málaga, La Opinión de Murcia, La Opinión de Tenerife, La Opinión de Zamora, La Provincia, La Nueva España y Levante EMV), se hacen eco del artículo, atribuyendo su autoría al diario alicantino, y dando lugar a que posteriormente se reproduzca en foros, tuits y blogs, con esa falsa autoría.
Es evidente que en este caso la ética periodística ha brillado por su ausencia, contraviniendo dos normas elementales del periodismo: la importancia de citar las fuentes y la necesidad de reconocer la autoría.
Aunque esta situación ha favorecido el objetivo fundamental de mi post que era difundir unas ideas útiles para que las Comunidades de propietarios puedan ahorrar en estos tiempos que corren, me molesta enormemente que alguien se atribuya un trabajo que me costó tiempo, esfuerzo y conocimiento para elaborarlo. Menos mal que el desfase de fechas está claro y nadie puede acusarme de ser yo quien copia. Parafraseando aquélla famosa expresión “ladran, luego cabalgamos” –atribuída mayoritariamente a Miguel de Cervantes en el Quijote, aunque hay quienes dicen que es original de Azaña, de Goethe, de Rubén Darío o de Unamuno- habrá que decir: “plagian, luego interesamos”.